
La pregunta obvia es, llegado a un estadio máximo de civilización o primacía racional ¿se podrán prescindir de estos insultos no verbales, agudos y estridentes?
Quien tiene por delante una fila de diez autos, atravesada por otra fila de diez autos y esta a la vez por otra y así sucesivamente hasta colmar el plano de la ciudad, y toca bocina sabe que no logrará nada más que sumar tensión. Aún así lo hace.
Como si fueran animales heridos, según el modelo los autos rugen, braman, relinchan, gruñen, chillan, mugen, gimen, refunfuñan los pequeños.
Otra pregunta que bien podría ser pensada en situación de atascamiento: En caso de que se decrete un día nacional sin bocinas ¿habría más accidentes? ¿Cuántas de estos airados llamados de atención tiene como objetivo evitar uno?
Me ha pasado ser destinataria de un tipo de bocina que podría llamarse, "Daño tus oídos para no bajar y pegarte". Es promovida por un tipo de infracción menor. Al andar por ejemplo en bicicleta, se aprovecha la delgadez del medio, la mayor capacidad de reacción y se pasa por ahí dónde no se debería. Esta movida imprevista despabila de un modo brusco a los alienados conductores, quienes como si se les hubiese tirado un vaso de agua en la cara, reaccionan con un profundo, hasta el fondo, y persistente bocinazo.
Al respecto, estaría simpático inventar un traductor de bocinas, porque no todas son iguales. Esta el "¡¡Hija de $%&/!! si pudiera te aplastaría!!" o el suavecito "Vamos vamos que tengo hambre"; el impaciente: "Voy a perder el trabajo si no avanzan forros!!!, entre otros tantos que revisten a las ciudades de esa irritabilidad propia del canal sin señal.
Les dejo este video de inventos que revolucionarán el mundo.