Últimamente, en el caos de las jornadas laborales, para subsanar o amortiguar los malos tragos recurrimos mucho a dos expresiones: “Si sirve de algo” y “si te hace feliz”.
Las usamos por separado pero indistintamente, porque el fin es el mismo: Es un improvisado mecanismo de defensa que consiste en rebajar con un toque de humor las complicaciones de último momento. Así, el lector fulminado por una noticia hostil siente que del otro lado hay alguien que entiende el sinsabor. Se genera cierta complicidad y cercanía.
1) Fulanito a último momento dijo que no va estar en la revista. Hay que cambiar todo el índice, pero si sirve de algo, es un tipo simpático.
2) El trabajo que mandamos a tal institución está incompleto, dice que le faltan imágenes, si sirve de algo lo reclamaron con mucho tacto.
Generalmente, lo que viene después de la coma no sirve de nada. La antitesis nunca aporta algo valido, no ayuda a una superación. Está ahí más bien para jugar con la fatiga compartida. Como mucho genera una semi sonrisa de labios pegados que esconde dientes tensos.
3) Te la paso la grilla y la cerras vos. Yo estoy
terminando con todas las correcciones, y si te hace feliz se me está cortando la luz.
4) Recién llego, ya estoy en la PC. Si te hace feliz me
agarró la lluvia.
El límite entre cinismo y agresividad siempre es muy sutil. El
lenguaje escrito oculta la intensidad de nuestra ira o desesperación.
Ahora, lo interesante -aburrido dirán algunos, apasionante
otros-, es que este tipo de conectores forman parte de lo que en gramática se
llaman “marcadores del discurso” y más específicamente de la familia de los Reformuladores,
del tipo “al fin y al cabo”, “de todos modos”, “en el fondo”, “después de todo”,
etc.
¿A qué viene esto? A que, lo que en principio parecen expresiones precarias de resignación, en realidad importan una estrategia
de salto dimensional, de giro semántico que nos aparta del blanco de las flechas.
Resumiendo. Lo que está después de la coma, después de A, viene
a reformular sus detalles implícitos, generalmente impensados, y reforzar como argumento valido y más fuerte lo que está después;es decir B. Que llega como agente de distracción pero humor mediante recorre a los gritos la cabeza haciéndo olvidar a A.
5) Mañana se acaban mis vacaciones, de todo modos, era
un oasis, una alucinación en el desierto del sometimiento del sistema”… y cosas
por el estilo. A queda reducido a la nada, uno sale airoso, en una forma extraña y poco placentera. Todo gracias a B
Rebuscadas formas paliativas. La gramática combatiendo la
angustia existencial.










